Orden Religiosa - Císter
La estructura arquitectónica y urbanística de un monasterio cisterciense estaba pensada para ofrecer la autonomía requerida, resultando algo parecido a una pequeña ciudad autosuficiente en la que sus habitantes podían encontrar todo lo necesario para su existencia.
La organización funcional y social de la urbanización
de estos monasterios fue definida por San Bernardo a partir de la construcción de
su monasterio de Clairvaux, cuya planta cuadrada, cuadrado monástico o planta
tipo fue definida en 1135 y replicada, desde poco después, en todos los
monasterios de la Orden del Císter, con las únicas variantes debidas a la adaptación
a cada lugar de la puesta en práctica del modelo.
La construcción de estos monasterios es
heredera de la tradición y experiencia secular benedictina que los hizo
desarrollarse alrededor del claustro, tal y como se habían organizado las
fincas agrícolas carolingias; inspiradas, a su vez, en las casas de campo o
villas romanas, cuyo centro neurálgico era precisamente el atrio o patio
interior. De este modo los cistercienses fueron partícipes de la cultura del
claustro, esto es, de una clausura o de un espacio cerrado con construcciones
ubicadas dentro de otra zona rodeada de muros.
La abadia cisterciense constaba de dos monasterios: el de los monjes y el de los conversos
y el resto de la comunidad
cisterciense. Aparte de la iglesia y del coro, reservado a los monjes de forma
exclusiva, la abadía estaba formada por dos construcciones diferenciadas e
incomunicadas entre sí, una para cada comunidad, quedando al este del cuadrado monástico
el edificio de los monjes, con acceso directo a la iglesia, y al oeste el de
los conversos y del resto de la comunidad, abierto
por la portería al mundo secular en el que desarrollaban su actividad.
referencias: http://www.fitero.org/upload/docs/Fitero_Cisterciense_sXII_XV_136_142.pdf
referencias: http://www.fitero.org/upload/docs/Fitero_Cisterciense_sXII_XV_136_142.pdf